Sabemos lo que nos van a pedir por parte de los bancos a la hora de solicitar una hipoteca para adquirir una vivienda: Tener ahorrado el 20 % del valor de la vivienda y aproximadamente otro 5 % para hacer frente a los gastos, y que la cuota mensual no supere el 35 % de nuestros ingresos.
Vale, pero una vez hemos pasado el primer filtro de los bancos nos toca a nosotros decidir si queremos una hipoteca a tipo fijo o variable.
Tipo Fijo
En las hipotecas a interés fijo acordamos con nuestro banco un tipo fijo de interés durante toda la vida del préstamo, desde la primera hasta la última cuota. En la actualidad podemos encontrar tipos fijos a partir del 2,00% , incluso inferiores al 2% dependiendo de la entidad bancaria. En algunas ocasiones podremos negociar un tipo fijo muy interesante si nos comprometemos a contratar varios productos bancarios como pueden ser los seguros, la domiciliación de la nómina, contratación de tarjetas de crédito, débito, etc.
Tipo Variable
En este caso, para el cálculo del tipo de interés, se toma como referencia el Euribor (fijado por el Banco Central Europeo) al que se le añade un diferencial. En este tipo de hipotecas, el primer año normalmente se marca un tipo fijo, que ahora mismo está entre el 1,20% y el 2%, y a partir de entonces será el Euribor más el 0,99%, aunque algunas entidades bajan este porcentaje hasta el 0,89% e incluso 0,85%”, dependiendo una vez más del nivel de vinculación que tengamos con ellos.
El Euribor lleva más de dos años en negativo, (concretamente en el -0,118 a día de hoy: 14/1/19) lo que a efectos del cálculo del pago de intereses cuenta como cero. Es decir, solo se paga lo correspondiente al diferencial, por lo que estas primeras cuotas tienen un interés muy bajo, pero hay que tener en cuenta que puede subir en el futuro y a más plazo de hipoteca, más riesgo de subida.
Seguridad o Incertidumbre
El principal problema de las hipotecas a tipo variable es la incertidumbre. “Es bastante probable que el Euribor suba en los próximos meses aunque por ahora el Banco Central Europeo prefiere mantener los tipos bajos. Por ejemplo, si sube al 1%, el tipo de las hipotecas variables que se están contratando actualmente quedaría en 1,99%, aún por debajo de los tipos fijos.
Por el contrario, las hipotecas a tipo fijo permiten saber desde el momento de la contratación cuánto se abonará mensualmente a lo largo de toda la vida del préstamo, lo que permite tener la seguridad de que no habrá subidas imprevistas más adelante. “El tipo fijo ofrece una gran seguridad y muchísima tranquilidad”.
a ambos lados del Bidasoa